El camino del cementerio

Encotrome cerra y atranca la puerta de minusválidos y no por que yo lo fuera, si no por la pereza que me daba de subir las escaleras del Ayuntamiento,me espere allí apurando un celtas corto y rascándome el ombligo hasta que un televisivo trabajador municipal atino a salir por aquel lugar y al tiempo que le salude, coloque la punta de la sandalia en el resquicio de la puerta para no permitir que se cerrara, el susodicho canturreaba calle abajo y no me presto mayor atención,-Menos mal que ha salido Salva-me dije, comprobando que había estado a punto de desatarme el nudo del ombligo y que me picaba horrores, me introduje en el pasillo y camine despacio con todos los sentidos alerta por si algún despistado aun no se había dado cuenta que era hora de almorzar y seguía pululeando por allí, aquella sola idea ya me hizo sonreír, no se oia un alma, abrí la puerta de los archivos,alli se amontonaban todos los secretos municipales y en un rincón, las telarañas se comían una carpeta azul que con el titulo-TONTERIAS-se deshacía a girones.La cogi y a la luz del merchero comence a leer:-Descubierto que lo que nos da votos son los maceteros y los arcos,todos estos proyectos se pueden pudrir en esta carpeta-Principiaba diciendo.Cogi algunos de estos papeles por si tenia que encender una lumbre y continúe rebuscando por las estanterias la prueba de que uno de los Flanagan habia trabajado para los servicios secretos municipales en aquella operación del valle del Jerte.