miércoles, 29 de septiembre de 2010

¿Y LA RAMBLA?


Colgué el abrigo en la percha junto a un precioso tutú infantil y penetré en el salón.
-Dios guarde –dije-, y directamente le estampé dos besos como dos catedrales a la señora de la casa con mucho cuidado de no deshacerle el moño que primorosamente le había confeccionado la Magdalena. Se quedó tambaleando mientras apreté la mano del caballero que estrujaba el AS y que identifiqué como el marido por la enorme foto de la boda que colgaba en una de las paredes. Pellizqué la mejilla de una zagalucha colorada y espanté al gato para sentarme en su lugar.
-¿Quiere tomar alguna cosa?, me preguntó la señora y no por hacerme el interesante, sino por aprovechar la ocasión le pedí un whisky y unas olivas.
-Bueno -dije a modo de prólogo-, pues hoy tampoco parece que vaya a llover.
Y como si Dios estuviera pendiente de mis palabras un trueno hizo remover el cuadro de la boda.
-Bueno… a lo mejor sí llueve, y viene bien porque están las cebollas faltas de un rieguecillo.
No tardaron en oirse los tacones volver y sobre ellos, aquella jaquetona del moño. Con confianza miré aquel culo que se iba a aplastar contra el sillón y tuve un mal pensamiento que apagué con un trago de whisky.
-Bueno, pues ustedes mediran.
Continuó un pequeño silencio antes de que la mujer me contestara.
-Yo 1,60 y mi marido u esposo u cónyuge no más de 1,20, con unas alzas que como el dignísimo Sarcosi, se coloca en los zapatos para evitar que la nena que tiene 8 años parezca su hermana.
Ante aquella disertación no pude por menos que exclamar: -ahhhh, hhhhh, ejem, ejem,
El tipo continuó donde su señora lo había dejado.
-No creo que nuestras tallas le importen a usted mucho y deje de mirarle ya el culo a mi santa esposa, córcholis, y pasemos al meollo.
Se restregó la espalda en el sillón, se rascó la ceja que empezaba en una sien y acababa donde la otra patilla se retorcía para dejar ver la oreja.
–Mi Úrsula y yo somos amantes del arte.
La Úrsula sonrió con una risilla floja.
-Y hace ya un tiempo que echamos de menos una pieza que durante algunos años lució preciosísisisimamente en uno de los jardines de nuestro pueblo y quisiéramos que investigara donde se ubica actualmente, no vayan a habérsela vendido al Moya para chatarra.
Tomé los datos mentales y otro trago de whisky.
-¿No tendrán una foto del elemento que nos ocupa?
-Ferpectamente,- y levantándose el chiquitucho de su asiento hurgó en un cajón para acabar sacando una foto de la obra de arte. Los dos hierros enrobinaos que la componían, surgían de entre unos cardos borriqueros y sobre ellos, el chiquitucho y la Úrsula posaban con una sonrisa profident. Miré detenidamente la foto.
-¿Pero de verdad quieren encontrarla?
Parecieron ofendidos por la insinuación y largándome 20 euros me pusieron de patitas en la calle en el mismo momento que entraba un zagal con el traje tradicional del Japón(un kimono).
-Vale que no haya ballet este año y que tengas que usar el frufrú de tu hermana para las cortinas, pero como no haya yudo, con el porsaco que distes el año pasado para que te comprara el traje, tú haces la comunión este año con el kimono y el cinturón amarillo -le increpó la jaquetona cogiendo al rapaz por la oreja y metiéndolo para el piso.
Aproveché aquel momento para hacer una foto mental de aquel especta-culo que se escondía pasillo adentro.


6 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Donde estaba esa escultura,estaba aqui en Velez?

Anónimo dijo...

no se de lo que hablais la verdad...

ADLC.

Anónimo dijo...

VALIENTE MIERDA DE "ESCULTURA"

Anónimo dijo...

Esa escultura estuvo muchos años en el parque de
la Ermita de la Salud,se quito para hacer la redonda,no se cuido su aspecto nunca y siempre estuvo revuelta en matas ,es del mismo escultor que la Iglesia de la redonda del Zurich.

Anónimo dijo...

Algun sociata se la puesto en el jardín de chalé. O estarán esperando hacer una nueva rotonda para colocarla y que el escultor nos dé de nuevo otro mitin. La verdad que es igual de mala que la del zurich-

Velezana dijo...

La del Zurich es peor, esta al menos no hace tanto daño a la vista. Para mi gusto la otra es tremendamente fea. Ideas como la de los muñequitos podrían servir si el personal se pudiera parar a verlos, pero dado que es una rotonda donde continuamente están pasando vehículos no me parece que sea el lugar más acertado para poner un monumento pensado para ser contemplado con tranquilidad.
Y otro mitin del autor no por Dios..