pivotitos,pivotitos

Maruja la Conchilla fue la que me advirtió de que aquel tinte para el pelo que habia comprado
En los moros no era muy de fiar,pero el escaso presupuesto y porque no decirlo,el
Tio que salia en la foto de la caja sonriendo mientra abrazaba a dos tetudas me convenció de su adquisición-¿tarjeta?-pregunte.El moro parecia estar sufriendo la
Mala leche del Ramadan anual y me dijo que –Una mierda-en un castellano entendible y llano,por lo que le sople los cinco euros en metalico y sali
dispuesto a cambiar mi maltratada imagen.
.Entre en el bar de Engracia que hacia años que se llamaba el bar del Pepino y
Alli,en aquel bater embadurne mi otrora bellisima melena con aquel infame y correoso
Menjunje,el efecto fue demodeledor ,el Chori,al que su madre con mucho acierto bautizo como Julio y que asi es llamado en su casa y en el ambulatorio cuando va a pedir cita, inpactado por mi nuevo luk invito a la
Concurrencia a una ronda y el Pepino chico(hijo del Pepino grande y hermano pequeño
Del Pepino grande,pero no tan grande como su padre)aplaudio e hizo girigoncias sobre
La barra.Despues de aquella ronda y viendo que nadie mas se ofrecia a ser solidario con
La sed de los demas,decidi salir hacia la Misa de doce,un sol cabreao fundia los herrajes que tan primorosamente habia sembrado por las calles y placetuelas
Nuestro dignisimo,opiparo,suntuoso y a la par Ilustrisimo Ayuntamiento,se oian chirriar los dientes de los conductores que pasaban junto a mi buscando aparcamiento,ora un macetero,ora un pincho,ora una bola,ora un bolo o un contenedor inmundo que aun conservaba los pegaos de la inauguración del Bocatas se habian apropiado de las inútiles plazas de aparcamiento
El calor derretia el menjurje que me habia emplastao en la cabeza y los chorros aceitosos de cobrizo brillante se me metian en los ojos y me impedian la vision ,rogue durante un buen trecho que no hubiera en mi camino macetero ni bolinche,pero hubiera sido tan milagroso esto,como que al tropezar y caer no pasaran unos zagales de colonias
y se partieran el pecho viendo mi metro cincuenta y dos desparramado por la acera y a
expensas de un alma amable que me tendiera una mano para rescatarme del duro suelo.
Al fin,después de muchos resbalones y alguna ventosidad que se me escapo con el esfuerzo consegui ponerme relativamente derecho.Con el ojo que aun podia abrir a costa de unos picores incisivos en la cornea,pude descubrir cual de los mil millones de
Falos metalicos habia sido el causante de mi percance y mientras le escupia y pateaba grite-NO LOS VOTO NUNCA MAS-….mire alrededor temeroso de que me hubieran oido,pero como ya no habia nadie…hice mutis por el foro y me perdi en un callejon