
Tenia otra entrada para hoy,pero creo que la luz en servicios minimos
que hoy estamos sufriendo se merece un apunte.¡A ver que sale¡:
Todos los datos que los Flanagan me habían dejado en el maletín y los que yo penosamente había recabado en los tugurios y mentideros de la zona los introduje en
aquel ordenador, que hasta hacia bien poco yo tildaba de invento del demonio y que ahora, como por ensalmo convertía mis b en v y se empeñaba en no dejarme escribir-mese olvida-teniendo que recurrir al distinguido –no lo recuerdo-que es mas de madrileños y abogados.Saque la ultima servilleta manuscrita que tenia en el bolsillo y tras comprobar que era del Martos y que solo contenía el autógrafo de la señora que regenta entre ensortijados rizos la taberna, me dispuse a darle al ENTER,no pude evitar que los pelos se me pusieran como escarpias,a pesar de no tener nociones mas que de oídas de lo que las escarpias son y como se aparean.Recorde a los Flanagan con nostalgia y también la púa que me habían dejado en el Puticlus `La cintura de sirena¨otrohora `El Pandero Apretao´´.
El ordenador hizo un gargageo cansino mientras trataba de procesar toda aquella información y yo prendí lumbre a un Camel sin boquilla y salí a que el aire fresco me azotara la cara.Me azoto el aire y el pestazo a purines me dio una patada que casi me vuelve del veres,valla,del reves.Unas jovencitas con trajes blancos, inmaculados los unos y chorreosos otros, empujaban a una caravana de ancianos hacia la residencia y parloteaban sobre el gusto de ver aquel parque iluminao-Nas tardes-salude y apenas se dignaron en mirarme aquellas estiras,como si nunca hubieran visto a un hombre con sombrero…y calzoncillos de leopardo,las oí comentar el estado de buena esperanza de la Angela o su preñez incipiente y mientras la de los Cabreras hacia la cuenta de los meses que la susodicha llevaba casada,la Encarni le daba a la Angela en cuestión palmadas en la espalda,como si de una atragantada se tratara y no de una futura suegra-¡Que felicidad¡-pensé tirando la colilla a un perro que meaba alegremente las cajas de fruta que había en la esquina.Tome una nueva bocanada de aquel aire y entre en casa en el momento que la luz se apagaba como una cerilla y volvía y volia a apagarse y volvía a volver y volvía a volver a apagarse y el chisme del demonio donde guardaba mis tesoros
Comenzó a zurrear como la lavadora aquella vez que la puse y a transformar su carcasa en el Apolo 13 entre chispitas y humos varios que convirtieron todas mis investigaciones en ceniza.
.Me quede un buen rato mirando aquella hoguera de un San Juan adelantado y me consolé pensando que aquellas chicas del traje blanco no podrían subir a los abuelos por el ascensor y encendí otro Camel.-Si la luz fuera a pedales no nos pasarian estas cosas